En Perú retirar un contenedor de 20 pies de una embarcación y llevarlo a un depósito extra portuario tiene un costo cercano a 1.300 dólares, mientras que en otros países de América Latina y Europa el valor se reduce a 300 dólares por contenedor, advirtió la Cámara de Comercio de Lima (CCL).
“Este sobrecosto colisiona con la competitividad de las empresas y, por consiguiente, con el desarrollo del comercio exterior”, afirmó el presidente de la Comisión de Asuntos Marítimos Portuarios y Aduaneros de la CCL, Alberto Ego-Aguirre.
A esta situación se suma que el traslado de un camión hacia el puerto del Callao demora entre 9 y 12 horas considerando que el puerto concentra el 80% del comercio exterior peruano, resaltó Ego-Aguirre, quien asegura que una medida para revertir la situación es promover la construcción de carreteras camioneras destinadas exclusivamente a los camiones que transportan productos de exportación e importación.
Por otra parte, el especialista de la CCL se refirió a la necesidad de tener una nueva Ley de Cabotaje que permita a las naves extranjeras hacer uso de su capacidad para transportar carga en las costas peruanas, servicio que actualmente solo pueden brindar los buques de bandera peruana.
Según la CCL, el empleo de ferrocarriles en la logística del comercio exterior es una alternativa que podría reducir costos del transporte de mercancías y ayudaría a reducir la congestión vehicular en el puerto del Callao. “También hay que considerar que el costo del mantenimiento de ferrocarriles resulta menor y ayudaría a dinamizar la economía”, explicó Ego-Aguirre.
La CCL insiste en el empleo de ferrocarriles en la logística del comercio exterior peruano, pues es una alternativa para el ingreso y salida de carga desde y hacia los puertos. De esa manera, se podrán reducir los costos del transporte de mercancías y ayudaría a reducir la congestión vehicular en el puerto del Callao. “También hay que considerar que el costo del mantenimiento de ferrocarriles resulta menor y ayudaría a dinamizar la economía”, agregó.
Fuente: Diario Gestión